
Vago entre las multitudes,
adivino entre cien caras tus facciones, tu porte erguido.
Pronuncio monosílabos cansados,
no me escuchas,
sigo tu risa entrecortada, tus quejidos,
no respondes
y el día se me acaba sin palabras.
¿Dónde te fuiste, Isabel, con tus sus sollozos?,
¿en qué órbita navegarán ahora tus poemas,
tus sordas melodías?
No me destroces, no te caigas, no te escondas.
Sigue escribiendo, Isabel, no me abandones.
Pluma en Silencio, 2003
Xinia M. Estrada
No comments:
Post a Comment